Cuidados del laurel en tierra o maceta

El laurel es una planta muy popular tanto por el agradable aroma que desprenden sus hojas como por su uso habitual como condimento en la gastronomía.

Es un arbusto con una gran adaptabilidad, que puede realizar todo tipo de funciones, tanto en jardines grandes como en interiores, todo depende de cómo se cultive.

Características de la planta de laurel

En realidad, el laurel es un arbusto que puede llegar a medir unos 15 metros, aunque también se puede cultivar el laurel en maceta sin problemas. Esta planta, procedente del Mediterráneo oriental y Asia Menor por los romanos, tiene las 3 especies del género Laurus, de la familia de las Lauraceae, de Azores, de Canarias y de la cuenca mediterránea.

El más común es Laurus nobilis, el de la región mediterránea, que se llama comúnmente laurel, laurel, lloreto o laurel de Apolo. Tiene hojas coriáceas de un llamativo verde oscuro, ovaladas y muy aromáticas. Sus flores son amarillas y muy pequeñas, sin valor ornamental, y aparecen en primavera.

Su cultivo es habitual por su agradable aroma, su valor como especie y, además, por su capacidad para formar vallas muy densas, que incluso permiten la creación de arte topiario y separaciones exteriores, como cortavientos o para limitar la visibilidad.

Ubicación y clima para laurel

Al ser una planta de origen templado, prefiere climas como el mediterráneo, sin temperaturas extremas que suban ni, sobre todo, bajen. Las heladas tienen la capacidad de causar daños importantes en la planta, y la nieve tiende a acumularse, rompiendo sus ramas debido al sobrepeso, ya que no pierde las hojas en invierno.

Si el clima es seco, es mejor encontrar un sitio a la sombra u sombra parcial, mientras que en climas húmedos o más fríos es preferible la exposición directa al sol, con todas las horas de incidencia posibles.

En el interior, habrá que encontrar los espacios más soleados posibles y controlar su crecimiento con una poda adecuada.

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Suelo o sustrato para el laurel

El laurel no es exigente con su suelo, lo único importante es controlar que tenga el mejor drenaje posible, ya que el encharcamiento es muy perjudicial. Compruebe el suelo en su jardín regando y comprobando dónde se drena el agua y dónde no.

Si no dispone de un espacio adecuado, siempre puede plantar el laurel en una maceta o cavar medio metro aproximadamente, ya que sus raíces no son invasoras, y llenarlo usted mismo con una mezcla ligera y bien drenante.

Tampoco es muy exigente con el pH del suelo, pero algunos dicen que los suelos ligeramente alcalinos son más beneficiosos.

Riego de laurel

Esta planta, plantada en el suelo, apenas necesita regar, resistente incluso a los meses secos de verano sin ningún problema. Deberá regarlo más a menudo si se encuentra en una zona de gran altitud o en un suelo poco profundo. Lógicamente y como todas las plantas, si creces el laurel en maceta, necesitará un riego más frecuente, pero recuerda ponerlo siempre en un recipiente con agujeros de drenaje y no colocar el plato debajo donde se estancaría el agua.

Si tienes dudas sobre la cantidad de agua, es mejor que le falte un poco a pasarte con el riego, lo ideal es  vigilar tu planta de laurel y ver si tiene o no poca agua.

Abonado del laurel

Al no ser un arbusto exigente en nutrientes, será suficiente con abonarlo durante los meses cálidos durante los primeros años de vida, con un abono orgánico o rico en nitrógeno.

Más tarde, bastará con añadir un poco de humus de lombriz, compost, estiércol o estiércol de pollo en la base de la planta a principios de primavera.

Una vez llegue al tamaño deseado, puede dejar de fertilizarlo para que deje de propagarse y se quede en su sitio.

Poda de laurel

En cuanto a la poda, esta planta resistente puede podarse en cualquier época del año cuando no haya riesgo de que lleguen temperaturas muy altas o muy bajas.

Plagas y enfermedades del laurel

No es habitual que esta planta se vea amenazada por plagas o enfermedades, puesto que si se encuentra en buen estado, normalmente no será un objetivo fácil.