Cómo hacer una huerta orgánica familiar en casa
Tener una huerta orgánica es una experiencia muy placentera para disfrutar de la naturaleza con tu familia. Para empezar solo tienes que elegir un lugar soleado, preparar el terreno y elegir qué variedades de verduras y hortalizas vas a plantar cada temporada
Aprende cómo hacer una huerta orgánica desde cero en 9 sencillos pasos
Prepara bien el terreno.
El suelo de tu huerta orgánica es algo fundamental para que tus cultivos se desarrollen correctamente. Empieza un par de meses antes de la siembra, para dar tiempo al suelo a enriquecerse de nutrientes. Puedes utilizar distintos tipos de sustratos, según las necesidades de las plantas que has escogido.
Se puede aportar compost, no tiene costo y lo podes hacer en tu casa con los restos de comida (Te explico como hacerlo acá)
Siembra las semillas de tus variedades preferidas.
Puedes hacerlo en hileras, respetando la distancia entre semilla y semilla, depende la especie o utilizar la técnica del boleo, lanzando puñados de semillas al aire. Una vez terminada la tierra, compacta la tierra y riega con frecuencia para que las semillas dispongan de la humedad necesaria para germinar.
Aclarea o Ralea las plantas. ¿Que es ACLAREO?
Después de la siembra, es posible que aparezcan numerosos brotes. Debes respetar la distancia de crecimiento recomendada entre plantas para que tengan suficiente espacio para crecer. Así que arranca las plántulas sobrantes, eligiendo siempre las más débiles. Las plántulas restantes empezarán a desarrollarse con rapidez.
Controla las malas hierbas de todo tu jardín.
Estas especies de crecimiento rápido aparecerán con frecuencia entre tus cultivos. Debes eliminarlas arrancándolas con la mano o utilizando una azada. Recordá que estas también consumen nutrientes de la tierra, y afectan negativamente los cultivos que sembraste
Riega con constancia.
¿Cuándo regar la huerta? No descuides los momentos de riego, mantener la humedad en el suelo es clave, sobre todo en épocas de primavera y verano. En primavera es conveniente regar en las horas centrales del día, en cambio, en verano debe esperarse hasta el atardecer y el amanecer, puesto que el calor provoca una rápida evaporación.
Fertiliza el suelo.
El abono proporciona los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo de las plantas. Tener la tierra con nutrientes es una parte fundamental del cultivo de frutas y verduras, para que éstos crezcan sanos y desarrollando todo su potencial.
Cuidado con las plagas.
Todos los organismos vivos son parte necesaria de la naturaleza, cada uno de ellos tiene una función irreemplazable. Ahora bien, cuando por algún motivo alguno de ellos se reproduce en forma desproporcionada, es cuando aparecen los problemas, y pueden causar graves daños en nuestra huerta.
Debes vigilar constantemente la aparición de una posible plaga que ataque tus cultivos. En caso de que tus plantas se vieran afectas, debes tomar medidas o podar las zonas dañadas para evitar que se propaguen a otras plantas.
Entutora las plantas de tallo largo.
Consiste en ayudar a las plantas dándole un sostén, ayudarlas a crecer, resistir al viento y sostener los frutos. Puedes utilizar distintos tutores: de metal, madera,caña o plástico.
Estos tutores deben estar atados a nuestros cultivos de forma cuidadosa y firme, con algun material suave, para que no lastime el tronco de la planta.
Algunas de las plantas que necesitan tutores son las tomateras, pimientos, zapallos y pimientos si los sembramos en altura, etc.
Cosecha tus propias verduras o frutas
Recoge los frutos y las hortalizas de temporada cuando alcancen el estado de maduración. Consumirlos frescos, cocinando tus propios platos ecológicos, o almacenarlos manteniéndolos en un sitio fresco y sin humedad.
Cuando llegues a este punto, la cosecha, veras que todo este camino de aprendizaje, puesta en marcha, mantenimiento, incluso errores, habrá valido la pena.
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